Me palpo la cabeza vendada y devuelvo sonrisas a todos los que se arremolinan alrededor de la cama. Los doctores, la familia, los amigos, todos insisten en que mis temores eran infundados, que soy el mismo que era ayer, que soy el mismo que seré mañana. Cuando me dejan solo me pregunto que habrá hecho esa gente con todas las personas que conocía.
Mira dentro del armario, o debajo de la cama. ¿No has visto en alguna ocasión un duende hospitalario? Son los encargados de perfumar los sueños, para que en la otra dimensión no huela a medicación.
ResponderEliminarque angustia despertase y no conocer, y no atreverse a decirlo, sólo lo piensas. Tengo a mi alrededor dos personas a los que les ocurrió todo eso y no veas que trauma...
ResponderEliminarGenial, LDG, el extrañamiento, la contención en las palabras; muy buen micro. Me recuerda a otro que escribí hace tiempo y que rescataré de librodearena. Aquí tienes el enlace:
ResponderEliminarhttp://www.librodearena.com/revangel/post/2008/04/21/el-otro-hay-mi
Un abrazo, amigo.
Glor
Me ha encantado tu "El otro que hay en mí", Revangel ¡mucho más que el mío! Rescátalo para tu nueva casa
ResponderEliminar