martes, 20 de enero de 2009

Recuerdo I

A mi espalda las montañas peladas del Atlas. En el cielo, el sol es una bola blanca que se deja mirar de igual a igual velado por la calima. Solo escucho el viento ardiente sobre el pedregal y algún reptil invisible buscando refugio entre los escasos matojos resecos. Cierrro los ojos y durante unos instantes yo también soy desierto.

4 comentarios:

  1. En el desierto han comenzado a brotar la vegetación; palmeras palabreras en vez de datileras.
    Creo que estas dispuesto a conseguir agua cueste, lo que cueste.
    No dejes que se sequen, son francamente hermosas.

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  2. Está genial, aunque yo echo de menos una foto de ese desierto... Soy muy visual, qué le vamos a hacer.

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  3. ¡Sí, qué vivan los raros, pulpodelgozo! :-DD

    Y los desiertos.

    Glor

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